Chilpancingo, Gro. 11 de Marzo de 2019.- Al menos dos grupos delictivos que operan en Coyuca de Catalán, municipio ubicado en la región Tierra Caliente, amenazan con incursionar en los próximos días en siete comunidades de Petatlán, en la Costa Grande de Guerrero; denunció el director del Centro Regional de los Derechos Humanos (Centro Morelos), Manuel Olivares Hernández.
Algunos de los poblados que se encuentran en riesgo en caso de que esas células delictivas irrumpan, son: Puerto de las Ollas, Tondonuica, El Nogal, Río Frío, La Barranca y San José ubicados en la parte alta de la Sierra de ese municipio.
Como consecuencia, decenas de familias conformadas por niños, niñas y adultos mayores, quienes vienen siendo los más afectados, se verían obligados a huir y a dejar sus viviendas, pero además está en riesgo su integridad física.
Pues, de acuerdo con reportes que han realizado en los últimos días, hombres armados incendiaron algunos cerros que rodean esos asentamientos para evitar que los habitantes se refugien en ellos.
En audios que fueron enviados a Olivares Hernández, mismos que este reprodujo a los representantes de los medios de comunicación mediante una conferencia de prensa este lunes en Chilpancingo, se escucha a los vecinos decir que uno de los grupos delincuenciales que busca apoderarse de Petatlán, es encabezado por Johnny Hurtado Olascoaga, alias “El Pez”, identificado por las autoridades como uno de los líderes de la Familia Michoacana, quien presuntamente está coordinándose con cabecillas de otras organizaciones criminales que operan en Tierra Caliente.
Además, se escucha en el audio, otro de los que está trabajando en conjunto con esa célula delictiva es Víctor Espino Cortés, portavoz de la Policía Ciudadana de la Costa Grande, relacionada con la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), quien, según revelaciones, controla a su vez a la Policía Estatal.
Olivares Hernández exigió a los tres órdenes de gobierno, pero sobre todo al federal, intervenir de inmediato para evitar que se replique lo que sucedió en la Sierra de Leonardo Bravo, en donde tras un conflicto armado, más de mil familias huyeron de sus comunidades ante el temor de ser víctimas de esos hechos violentos.