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Guerrero, dentro de la cazuela de la rana

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Enrique Castillo González
Enrique Castillo González

Hoy echaremos mano a una extraordinaria analogía para explicar cómo leemos el hecho de que el gobierno de Guerrero, haciendo uso del “importamadrismo”, lleva a su ESTADO al dramático teatro de la ingobernabilidad; vamos pues con la analogía:

Coloca dentro de una olla con agua una rana, prende la hornilla a fuego muy lento, poco a poco ve subiendo la lumbre, la rana quedará guisada pues, no sintió cómo iba siendo sometida y ya cuando intentó saltar sus músculos estaban entumidos.

¿Qué está pasando en Guerrero? Nos dimos cuenta de su crisis no sólo observando lo que día con día nos dicen los medios; leímos la percepción de caos, checamos las mediciones y calificaciones y pues nada… la rana dentro de la olla ya está entumida. Mas ahora. Y como muestra detallo uno de los temas que tienen a este ESTADO entre y sobre los rieles de la ingobernabilidad. Hablemos de la acción sobre el terreno de las (sedicentes) policías comunitarias dentro de los límites territoriales de la entidad.

Pisando el territorio del estado se observa la presencia de la Coordinadora Regional de las Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria, creada hace 20 años; pero ahí no está todo. Existen también Grupos de Civiles Armados (19) lo que nos deja ver que en el mapa estatal hay 40 municipios controlados por quienes se dicen autoridades pero que no son las constitucionales, es decir ¡el 50 por ciento de este territorio lo administran entes que no obedecen en absoluto lo que mandata la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y, a la Constitución Local la ignoran (y qué decir de lo que hacen con las autoridades municipales)! Algo más.

Es en la Región de la Costa Chica donde la presencia de estos GA es más intensa; la Policía Comunitaria y la Unión de Pueblos (UPOEG) han sacado a todo tipo de autoridad policial (oficial) de esa región, aunque se lee un gran trabajo de la Sedena que conserva su presencia y sabe la asimetría de fuerzas frente a tales indígenas puros y mestizos.

Preocupante es el ver que en la Región Centro se han formado sendos grupos de sedicentes policías, y escribo preocupante pues uno está apostado en el barrio de Petaquillas (Chilpancingo) y el otro en el muy cercano municipio de Zumpango, ¡a 15 minutos del zócalo de la Ciudad Capital de Guerrero!

En la Región de la Montaña es la emblemática CRAC-PC la que ejerce el control; y sí es de reconocerse que ahí tales “policías” generaron interesantes sistemas que han funcionado desde hace dos décadas. En la Región Norte se podría hablar de la Policía Tecampanera; en Olinalá (Montaña alta) fue tan importante la presencia de tal tipo de organización que justamente de esa brotó la famosa Nestora Salgado. Sea pues.

Acá el punto está en la estadía del gobierno estatal dentro de aquella olla que arriba mencionamos; claro, se obliga preguntar ¿qué hubiera pasado con aquella rana si se hubiera encendido la lumbre a todo su poder desde que se puso ahí al batracio?

Lo que en la mesa (Think Tank) tenemos claro, es que estos grupos están supliendo la ausencia del estado, para luego erigirse en los controladores de un espacio del territorio nacional, en tanto que, desde el exterior nos ven (y observan) como un estado débil incapaz de cubrir su propio territorio para garantizar los requerimientos de -seguridad y gobernabilidad.

Último patrullaje.- La única forma en que debe ser creada la Guardia Nacional (más que creada reglamentada) es justo como la propuso el Ejecutivo Federal, ¡no puede nacer una Fuerza Armada Policial con debilidades y dobleces!

Balazo al aire.- Lo que es, es… y es imposible que no sea…

Greguería.- Un guardia nacional de verdad es un espantapájaros que cobra vida.

Oxímoron.- Arma invisible…

Haiku.- si en el crespúsculo

el sol era memoria

ya no me acuerdo.

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