Bernardo Torres/API
Chilpancingo, Gro. 28 de Febrero del 2019.- Pasados más de cinco años preso, una Juez de Tixtla otorgó la libertad absoluta al líder y promotor de la policía comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC-PC), Gonzalo Molina González.
Gonzalo Molina fue detenido el 06 de noviembre del 2013 en el Barrio del Fortín de la Ciudad de Tixtla, acusado de privación ilegal de la libertad, sedición, motín y terrorismo, luego de desarmar a elementos de la Policía Municipal, en el contexto de las protestas para pedir la libertad de Nestora Salgado García, en ese momento comandante de la comunitaria en Olinalá.
La mañana de este jueves, tras cinco años y cuatro meses, la Juez primero de distrito, Norma Noemí Zapata, decretó la libertad del activista, con lo cual se demostró su inocencia y que nunca hubo delito que perseguir.
Al exterior del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Chilpancingo, miembros de diferentes organizaciones aguardaban la sentencia, donde manifestaron que “queda demostrado conforme a derecho que nunca existió un crimen que perseguir , estos cinco años y casi cuatro meses permaneció en calidad de rehén del Estado por el simple hecho de organizar a su pueblo para defenderse del crimen organizado dentro de un marco legal y legítimo”.
Expusieron que sus acusadores se desistieron, otros aseguraron que sus firmas fueron falsificadas y los restantes manifestaron haber recibido apoyo económico por declarar lo que las autoridades de Gobierno les indicaron.
Las organizaciones reclaman también la libertad de los 16 presos políticos del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa la Parota (CECOP), quienes se encuentran internados en el Penal de Acapulco.
Gonzalo Molina, rechazó en varias ocasiones la amnistía que propuso la Senadora, Nestora Salgado, y espero a que el proceso se agotará en las instancias correspondientes, y alrededor de las 12:20 horas, cargando dos maletas y una guitarra abandonó la prisión.
Al exterior era esperado por un centenar de personas; su esposa, Ausencia Honorato, padres y madres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, maestros de la CETEG, familiares de los presos políticos, dirigentes de la CRAC, estudiantes, así como el Frente de Defensa Popular.
A su salida, el dirigente y activista, refrendó su compromiso con el pueblo de Tixtla, su convicción de luchar contra mega proyectos del Estado y la Federación, con las policías comunitarias, se pronunció por la libertad de los presos políticos del CECOP, y recriminó a quienes han traicionado a los movimientos sociales.
Se retiró de la puerta del Cereso, escoltado por Arturo Campos y Samuel García, ex presos políticos, para después abordar un vehículo que lo llevó a la Ciudad de Tixtla, donde era esperado por amigos y familiares, así como simpatizantes de la CRAC, quienes le dieron una nueva encomienda para seguir en esta coorporación. (Agencia Periodística de Investigación)