Ahí te van algunas reflexiones sobre el vídeo del CJNG que se viralizó ayer. Lo primero que me llamó la atención fue que ante una carta de 30 intelectuales, López reaccionó de inmediato. Furioso, incluso. Pero ante este reto de un cártel, el señor no ha dicho ni pío.
- En primera, descarto que sea un montaje (como lo quiere presentar Durazo). Aparte del ejército o de un cártel, nadie tiene la capacidad para disponer de todo ese armamento. Así que sólo ejército podría hacer el montaje, pero entonces habría que preguntar ¿para qué?
- Se puede decir en broma que el montaje lo hizo nuestro Rambo Región 4, #EpidemioIbarra, pero es obvio que eso es broma. Epidemio, en realidad, es un pelele para quien los balazos sólo son asunto de negocios en sus telenovelas rascuaches.
- ¿Por qué López no ha reaccionado? Porque no sabe qué pasa. Su megalomanía es tal que cuando decía que desde su primer día en la presidencia “la gente dejaría de robar porque ya no habría necesidad, ya no habría corrupción”, realmente lo decía en serio. Lo creía.
- Su interpretación de los problemas de México siempre fue profundamente simplista. Es incapaz de hacer ideas elaboradas. Por eso, su idea sobre las soluciones posibles era igual de simple: su puro ejemplo moral bastaría para poner todo bajo control.
- Por supuesto, dudo que esperara que todo cambiaría de la noche a la mañana. Pero realmente creía que poco a poco comenzarían a verse los cambios, y que el puro hecho de convertirnos en “un pueblo con esperanza” le pondría fin a la violencia generalizada.
- Pero no sucedió. De hecho, la situación empeoró porque la orden de López fue retirar al gobierno y las Fuerzas Armadas del combate frontal al crimen organizado. Sus mensajes de abrazos, respeto a los derechos de los criminales, no funcionaron.
- El resultado es crítico y no sin una buena dosis de tragi-comedia: López no sabe qué está pasando. No sabe qué hacer. Tiene miedo. Así que no esperen que las cosas mejoren en lo inmediato, y en una de esas ni siquiera en el resto del sexenio.