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Guerrero: el hambre pesa más que la educación

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*** 19 de los 23 municipios contemplados en el “Programa de Apoyo a Madres para el Cuidado de sus Hijos” están en Montaña y Costa Chica; en estos solo hay 20 Estancias Infantiles funcionando

*** Los niños abandonan sus guarderías mientras sus madres empiezan a exigir a las directoras, el pago de mil 600 pesos que les anunció AMLO

*** La deserción en los 23 municipios contemplados es de más del 50%

Jonathan Cuevas/API

Chilpancingo, Gro. 27 de Febrero del 2019.- En las regiones de Guerrero incluidas en el Programa Federal de Apoyo a Madres Trabajadoras, “el hambre es más que la necesidad de educación”; dicen las Responsables de Estancias Infantiles que han sufrido la deserción de más del 50% de los niños, porque el Gobierno de la República decidió dejar de subsidiar a las guarderías.

En el programa que venía funcionando con la Secretaría de Desarrollo Social hasta Diciembre del año pasado, los niños no solo eran beneficiarios con un subsidio de mil 900 pesos cada dos meses sino que además, contaban con seguro médico y de riesgo que la dependencia obligaba a las responsables a contratar.

Con la eliminación de las guarderías del nuevo programa del Gobierno Federal donde el método de apoyo para el cuidado de los niños es directo a las madres, disminuyó la cantidad otorgada para cada niño. Ahora serán mil 600 pesos los que aporte la Federación, pero los infantes no tendrán garantizada su integridad con los dos seguros a los que tenían acceso.

Pese a ello, las mujeres de las zonas indígenas de esta entidad han empezado a exigir a las directoras de guarderías que les paguen los mil 600 pesos que Andrés Manuel López Obrador anunció, porque por parte del Gobierno Federal no han tenido información alguna.

La zona prioritaria

En la Montaña de Guerrero hay 19 municipios de los cuales 15 están contemplados en este programa. En toda la región hay solamente 31 Estancias Infantiles pero 10 no están dentro de la zona prioritaria.

De sobrevivir las guarderías de la región, solo 21 atenderían a los niños de las madres que recibirán apoyo económico para el cuidado de sus hijos, sin embargo, ante la crisis en la que están hundidas las responsables por la falta de subsidio del Gobierno Federal, seis ya cerraron sus puertas y por lo menos seis más están por cerrar, según información proporcionada por directoras de la zona.

Esto significa que no habría más de 9 Estancias atendiendo a los niños beneficiarios en la región que el Gobierno de la República está considerando como prioritaria, pues es en la que más municipios están incluidos por ser “indígenas”.

Dichas estadísticas reflejan que las acciones del presidente se están dirigiendo hacia la desaparición de las guarderías que venían funcionando con la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), aunque una y otra vez, funcionarios federales han insistido en que las Estancias “no desaparecerán”.

En el caso de La Montaña, aunque continúen operando esas guarderías no tienen la posibilidad de dar atención a niños que no radican en su localidad porque los traslados resultarían muy complejos para madres de familia de poblaciones vecinas.

Además, la capacidad máxima de las estancias que funcionaban con Sedesol es de 60 niños pero no todas pueden atender esta cantidad, pues el número de niños inscritos depende del inmueble en el que operan.

Los 21 centros de este tipo que están registrados en la zona de la Montaña contemplada en el programa, se distribuyen de la siguiente manera: 11 en Tlapa de Comonfort, 2 en Olinalá, 3 en Copanatoyac, 1 en Xalpatláhuac, 1 en Tlacoapa, 1 en Zapotitlán y 2 en Cualác.

En el caso de Tlapa que es el municipio más grande, de las once guarderías que hay solo ocho están en la cabecera municipal, entre un universo de más de 60 mil habitantes de los cuales más de 30 mil son mujeres dispersas en 39 colonias.

Las otras tres guarderías se ubican en las comunidades de Atlamajac, Chepetlán y San Miguel Axoxuca, pero este municipio cuenta con un total de 118 localidades; es decir, 115 se quedarían desprotegidas, sin opciones reales para que se garantice la educación inicial de los niños de entre uno y cuatro años, que son los que contempla el nuevo programa.

Pero hay municipios con los más altos índices de marginación, como Cochoapa el Grande o Metlatónoc que están en la lista de los más pobres no solo del país sino de todo el continente, y aunque son contemplados en el programa federal, no cuentan con una sola guardería que apoye a las madres en el cuidado y educación de sus hijos.

Costa Chica

Otra de las zonas más necesitadas de esta entidad es la Costa Chica, pero a diferencia de la Montaña, aquí fuecontemplado para los apoyos federales menos de la mitad del territorio. De 15 municipios existentes solo 4 fueron tomados en cuenta como “prioritarios”: Xochistlahuaca, Tlacoachistlahuaca, San Luis Acatlán y Ayutla de los Libres.

Estos cuatro están dentro del estatus de municipios “indígenas” y por ello fueron incluidos en el programa, sin embargo gran parte de la región es habitada por afromexicanos, principalmente Cuajinicuilapa y Azoyú, pero fueron excluidos por el presidente de la República a pesar de ser esta una zona históricamente marginada.

En toda la región hay 29 guarderías pero, en los municipios contemplados para la entrega de apoyos a madres trabajadoras para el cuidado y atención de sus hijos, únicamente existen 5.

A pesar de ello, en esta zona de Guerrero las guarderías se resisten a morir. Aquí todas siguen operando, esperando que haya una solución a su crisis económica, o que el presidente López Obrador “se ablande el corazón” y dé marcha atrás en el retiro del subsidio para estancias.

En conjunto, las cinco guarderías que están dentro de la zona contemplada tendrían que atender a un universo de 154 mil habitantes (es la suma de la población de los cuatro municipios), pero con el cambio del programa, en lugar de aumentar la matrícula se ha registrado una deserción de más del 50 por ciento, no solo en esta región sino en todo el Estado de Guerrero.

Entre el hambre y la educación

Minerva Encarnación Toribio es Responsable de la Estancia Infantil “Los Peques de Aris”, ubicada en la localidad de San Cristóbal municipio de Tlacoachistlahuaca, en donde se unen las culturas mixteca y amuzga.

En este pueblo, para las familias no hay muchas fuentes de trabajo. Algunos habitantes se dedican al campo y otras a la alfarería y las mujeres son amas de casa. No hay más.

Sus trabajos de alfarería los sacan a vender hasta un mes después de su elaboración, y tienen que ir hasta Ometepec que es el centro comercial de toda la región.

“Cuando nos dicen que ya no hay subsidio, pues yo le comento a los padres y ellos pues se molestan o se ponen alarmados. Hablan de una tarjeta que el gobierno ofreció y ya nos la están pidiendo porque dicen que ya van ahí a tener el dinero, y piensan que como somos estancias ahí van a llegar (las tarjetas), a lo mejor hasta piensan que nos vamos a quedar con el dinero”, señaló.

En Los Peques de Aris estaban siendo atendidos 37 niños, de los cuales quedaron ocho en el momento en que la maestra Minerva les informó que ya no tenía el recurso para seguir atendiendo a los niños sin cobrarles a los papás.

Después, con el paso de los días fueron desertando más niños, al grado de quedarse con dos solamente, que son los que actualmente atiende.

-¿Cómo voy a vivir con esos dos?-, cuestionó Minerva, y después lamentó que el gobierno no consideró a las estancias infantiles como prestadoras del servicio, sino que las eliminó totalmente de las reglas de operación.

De los 37 niños, 22 no pagaban un solo peso por el servicio que ofrecía, porque tenían una beca del cien por ciento que ella les otorgó por ser niños de familias con muy escasos recursos, mientras que el resto, 15, tenían una cuota de corresponsabilidad de diez pesos el día.

La maestra es originaria de San Cristóbal y gracias a eso, después de una larga labor de convencimiento y concientización sobre la necesidad de la educación inicial de los niños, logró que varios papás de esa localidad llevarán a sus hijos a la estancia.

Y es que aquí, cuenta la directora, hay una cultura “muy cerrada”, además de que por la necesidad y la pobreza extrema que existe, para los padres de familia es mejor traer a sus hijos en un morral que llevarlos a un centro de cuidado infantil profesional, donde reciba educación y cuidados.

Ella tiene claro que en San Cristóbal como en toda la zona mixteca y amuzga, el hambre es más que la necesidad de la educación para los niños. Bajo esa lógica pero además con las consecuencias que ya ha sufrido hasta el momento, sabe que cuando el Gobierno Federal entregue el dinero a las madres de familia para el cuidado de sus hijos, éste será gastado en otras necesidades primordiales para ellos.

Otro de los problemas que tiene este pueblo es la migración, y lo hacen por necesidad; dice la responsable. “Yo no lo hice (emigrar) porque tuve la oportunidad de realizar un proyecto que además de ayudar a mi comunidad pues me da trabajo, porque yo no soy empresaria como ahora lo dicen y lo repiten y repiten. Yo no soy capitalista, soy una empleada más y vivo del trabajo que hago con los niños”.

Además se ha enfrentado a una situación muy compleja en cuestión de pérdida de valores entre los niños, y dijo que es uno de sus objetivos el mejorar esta situación a través de la educación inicial.

Para ella la formación y el desarrollo de los pequeños es fundamental, porque “van a ser el futuro de nuestro país”.

En ese justo momento la mujer volteó su mirada al cielo, sonrió y un tanto apenada, soltó: “porque yo no sé, a lo mejor alguno de esos niños que yo estoy educando hoy, a lo mejor llegan a ser gobernadores en algún momento ¿verdad?, no sé…”.

La guardería de Minerva es relativamente nueva. Tiene dos años operando pero, para construirla tuvo que adquirir una deuda de la que aún no puede salir, y hoy se está endeudado más al solicitar préstamos para poder mantener su lucha por la continuidad del programa de Estancias Infantiles del Gobierno Federal.

Tan solo trasladarse a la capital del Estado donde ha acudido a algunas protestas en el Poder Legislativo, le genera un gasto bastante fuerte además de un viaje de más de seis horas. (Agencia Periodística de Investigación)

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